30.12.10

Ojos de videoclip


Ricardo Gutman
Me dormía. Parecía raro, hacía un rato estaba poseído por la euforia, llegué a Pekos y me tiré en una mesa, esa que está en la ventana. Para coronarla se largó a llover. Duró poco. Por lo menos había hecho lo que tenía que hacer. De un tiempo a esta parte ya no tengo vida. Voy de un lado a otro y diciembre ha sido una furia. Todo junto, a último momento. Y siempre esa sensación latente y constante de que estás al borde de que te puteen. Pero nunca pasa. Lo que molesta es la sensación en sí, sentirla todo el tiempo.

Me pedí una lata de Quilmes y me senté, me puse los auriculares y me quedé. Me dormía. El Daro se sentó un rato pero era sábado y el bar laburaba. Tomo lento. Muy lento. Y la lata se calentó. La lluvia duró un pestañeo. El viento comenzó a moverse, las hojas que le quedan al árbol raquítico que está frente al bar empezaron a moverse. Acá no hay árboles. Acá no hay sombra. Ni siquiera de noche. Ni una sombra decente. Me sorprendió que alguien haya pedido un café con el calor que hacía.
Al costado una pareja tomaba cerveza. Supongo que recién se estaban conociendo, había mucha vergüenza, mucho pudor en las caras, en los movimientos. La chica estaba como esperando algo. El chico también. Se los notaba expectantes, como esperando ver cuando el otro hacía un movimiento decisivo que corriese ese velo. Se gustaban. O al menos eso parecía. O quizás ni una cosa ni la otra. Quizás fuesen amantes. O quizás fuesen de otro lado. O las dos cosas. O las tres cosas. Quién sabe.
Y al mismo tiempo era como si estuviesen solos. Nadie los miraba. Hice como que no los vi. Miré la hora. Para mi pesar todavía era temprano. Darío volvía a colocar en su lugar las mesas y las sillas de plástico en la vereda. Linda noche, incluso con la lluvia a cuestas. Se había puesto fresquito. Estaba escuchando algo que no me acuerdo, me saqué los auriculares y me dispuse a tomar los últimos tragos de la lata, ya a temperatura ambiente. Puse sobre aviso al negro de que me iba a dormir. Fui a la barra, nos pusimos de acuerdo con el Daro y salí. Afuera estaba más fresco que adentro. Había un viento lindo.
Salí sin rumbo fijo aunque la idea era llegar a casa, tirarme en la cama, dormir y con suerte despertar el domingo al mediodía aunque nunca lo haga. Busqué en el directorio de música del celular, puse Bend and Break de Keane y salí a caminar con la intención de llegar a casa cuando fuese necesario. No sé porqué pero ese tema me hace caminar con la cabeza erguida y como si fuese un tic sonrío porque sí. Debe ser el piano. La noche estaba linda. Si levantás la cabeza ves las luces. Y si tenés suerte hasta las estrellas en una noche nublada.  When you, when you forget your name/ When old faces all look the same/ Meet me in the morning when you wake up/ Meet me in the morning then you'll wake up. La lluvia había hecho que todos se escondiesen y empezasen a salir. Un desfile de luces comenzaba a poblar Caseros. Yo caminaba lento como para ver el proceso.
No veía a nadie. Tranquilo tarareaba la canción en mi rudimentario inglés. Usualmente ocurre muy seguido. Camino y no veo las caras, pasan y no las veo. Es algo totalmente involuntario, como caminar entre corrientes de viento. Las luces de los autos y las motos encadilaban demasiado, como cuando mirás fijo al sol o venís caminando de siesta y entras a tu casa y no ves nada apenas abrís la puerta. Algo así. Todo junto. Imposible ver así. La cabeza siempre en otro lado. If only I don't bend and break/ I'll meet you on the other side/ I'll meet you in the light/ If only I don't suffocate / I'll meet you in the morning when you wake.
El viento empezó a hincharme el pecho mientras una tímida euforia, parecida a la que hacía una hora me poseído, subía a medida se sucedían los pasos. Nada del otro mundo pero constante, regular. Crucé la calle entremedio de las luces de los autos, y bordeé la pared amarilla del Nación, primero por Caseros y después por Alvear para entrar en la sombra que viene siempre después del Ficus ese camino a la plazoleta. A lo lejos se veían los autos estacionados. No escuché música, mis auriculares estaban muy altos.
Cómo cambiaría la cosa si la vida tuviese banda de sonido. Diferente sería si, por ejemplo, a la hora de besar a la chica indicada sonara la canción esa que suena en Romeo y Julieta cuando Di Caprio ve a Claire Danes por primera vez a través de la pecera. No pido a la piba vestida de ángel con hermosas alitas en su espalda y una media cola en el cabello porque para ser justo no soy Di Caprio vestido en armadura de caballero pero ponele que si sonase la música en ese momento indicado vos sabrías que acá está la posta y te ahorrarías el trabajo de seguir buscando y metiendo la pata infructuosamente. Sería como una pista que la vida te tira diciéndote “ya está boludo, no jodas más, ésta es”. Sería cuestión de estar atento a escuchar la canción correcta. El problema sería si la misma música la escuchasen, digamos, unos cinco pibes al mismo tiempo, ahí se arma un tole tole que ni te cuento pero a esas alturas lo que se cocina es otra cosa.  Quizás al pibe que tomaba la cerveza con la chica en el bar de Darío le faltaba escuchar la música indicada. O a lo mejor escuchaba algo que no le gustaba. Suele pasar. Quien sabe.
Y así podríamos seguir ad infinitum con miles de temas y con miles de situaciones tan similares como contrarias a las ya expuesta porque los universos musicales lejos están de agotarse aunque en la radio siempre se escuche lo mismo. Dee solo pensarlo cansa. Lo cierto es que las cosas desgraciadamente no son así y a la vida hay que ponerle onda. O arreglársela como uno pueda. A esta altura la caminata se había convertido en un videoclip pero superlativamente mejor porque en un videoclip no se puede sentir el aire en la cara, la continuidad ausente en su lenguaje, los pantalones rozando la rodilla, el envión de los brazos al caminar. Época multimedial si las hay, te la regalo, unos auriculares y la cosa cambia.
Las luces de  la vereda empiezan a dibujarse a medida que los trenes quedan atrás, allá abajo, detrás del tejido de siempre. Los vagones a oscuras cuadriculados están inmóviles  y alguna que otra linterna que se mete por ahí, entre los engranajes  Bitter and hardened hearth/Aching waiting for life to start/Meet me in the morning when you wake up/Meet me in the morning then you'll wake up Desde acá todo es más chico. Ahora la vereda que es un paseo se abre a medida que bajás las escaleras, es un camino de luces lleno de viento. De noche los árboles son majestuosos. Un viento que no es el de arriba te acariciaba. Y yo, caminando, como si nada. Un caminito de luces. No pienso en nada. Contento, así de simple, sin nada que decir. Una alegría simple con cara de estúpido sonriendo por nada. La avenida está desierta. Ni perros hay.  If only I don't bend and break /I'll meet you on the other side/I'll meet you in the light/ If only I don't suffocate/I'll meet you in the morning when you wake, y yo camino tranquilo, siguiendo los faroles, con el pecho hinchado de no sé qué. Crucé la calle sin mirar a los costados. Una moto me pasó por detrás. Sin darme cuenta llego a mi casa, me prendo un pucho en la galería del tío Roberto. Algunos autos doblan por la avenida y se van quién sabe a qué lugar. El trayecto hasta acá se perdió y me saco los auriculares. Se me fue la música y se me acabó la magia. Sin llamarlo el Negro estaciona la camioneta en frente de casa casi al final del cigarrillo, con telepatía. Me pregunté que habrá sido de la parejita que tomaba cerveza en el bar de Darío. Miré la hora. Me desperté.  I'll meet you on the other side y me fui.    

29.12.10

Dar las gracias



Ricardo Gutman

Se va terminando el 2010 y no voy a llegar a las 100 publicaciones en un año. Que macana. Lejos está esto de ser algún balance pero como siempre en esta época las cosas parecen encaminarse hacia las despedidas, las fiestas, los balances y las recomendaciones del Dr. Cormillot para no quedar de cama después de los desarreglos culinarios de las fiestas de fin de año no es tan malo empezar a hacer un recuento de las cosas positivas y negativas.

Así y todo no haber llegado a los 100 post en un año llegaré a promediar un post cada cuatro días. No está mal. Cuando empezó el 2010 me propuse darle cierta continuidad al blog y creo que lo he logrado. Haber empezado un blog ha incrementado mi creatividad, créase o no, me ha puesto a pensar miles de variantes para sumar tráfico a la página. Es que en eso del tráfico se cuela ese dejo de narcicismo propio de los que escriben: si escribís y no te leen es como escupir para arriba. Es no importarle a nadie, es esa triste sensación de lo que decís pasa desapercibido.
Y eso es una lucha por que gran parte de mi vida sentí esa sensación. En un primer momento miraba con ansias las estadísticas de Google para saber cuántos habían entrado en el día y que habían leído.  Pude comprobar eso de que los números no mienten y me puse a pensar seriamente si convenía seguir escribiendo y posteando en este espacio ya que el número de entradas nunca se correspondió con mis expectativas. Hasta me hice un Facebook para promocionar mis escritos. Estuve así de colgar el blog. Pero la empecé a ver desde otro lugar y tiré al cuerno las estadísticas. Escribir es un acto de resistencia y lo voy a seguir haciendo, por más que no me lea nadie. Lo seguiré haciendo por mí, para no traicionarme. Porque es lo único real que tengo.
Si es por eso de acariciar al enano ególatra he logrado estar en Google. Que sé yo, algo es algo. Una de las cosas que me han quedado en el tintero es que este espacio sea más plural desde los nombres. Siempre deseé no solamente ser yo el que escriba sino que aquellos amigos que lo hacen también lo hagan aquí. Dificultosa tarea la de lograr que un amigo escriba 5000 caracteres porque además de estar cada uno inmerso en su vida cotidiana son lo bastante vagos como para sentarse una vez a la semana a escribir algo y mandarlo por mail. Fallé flagrantemente. Igual no dejaré de insistir.
Fue un año raro, bastante irregular en cuanto al ritmo. La primera mitad estuvo muy tranqui, la segunda se aceleró un poquito y diciembre fue a mil por hora. He tomado decisiones equivocadas y acertadas he evitado tomar decisiones que hubiesen mellado esas cosas en las que creo que tengo que luchar. No me arrepiento. El 2011 empieza bien, con propuestas en todos lados y proyectos copados. Espero que no me desilusione. No creo que lo haga.
He pagado la mayoría de mis cuentas corrientes, las que me quedan se saldarán en los próximos días. Si todo sale bien me esperan unas vacaciones hermosas por el norte del país. Los acreedores sabrán esperar. Me queda como cuenta pendiente empezar a publicar entrevistas a personalidades locales, quizás a algún grosso que venga, si tengo tiempo. Lo más probable es que arranque en los primeros meses de 2011. Soñaré negocios que nunca haré.  Quizás algunas otras cosas.
Muy pronto cumpliré 30 años. Sé dónde estoy parado, aunque no parezca. Sé muy bien quienes son mis enemigos y quienes son mis amigos. Sé de las cosas que me pierdo por estar donde estoy y por no estar cuando debiese estar. Los costos se pagan y son más reales de lo que se cree. Haré la mía. No me queda otra.
A todos aquellos que entraron por estos lugares y han leído mis notas se los agradezco de corazón. A los que han comentado también, un blog se alimenta de los comentarios y hay que dejar un tiempo para ponerse a opinar en la página de un pendejo que va dejando de serlo. Ya no sé si soy periodista. Seguro que no soy escritor. Soy un tipo que trata de escribir más allá de sus paranoias. Y vivir. Algo es algo. Un excelente 2011 para todos. Saludos y buena vida. Nos vemos a la vuelta de la esquina.    

El Cabezón

27.12.10

Y a mí que me importa

Ricardo Gutman
Usualmente no soy de hacer recorridas por los medios para ver que publican ya sí publicarlo en este espacio, soy de aquellos que los leen todos los días para informarse y nada más, este blog no es un blog de medios.
Pero hoy tuve la tentación de hacer este pequeño trabajito para ver la tinta que se gasta en giladas en las redacciones de los principales diarios que, en realidad, a nadie le importa y te la quieren vender como información.

Clarín



La Nación

























































Perfil













































 

21.12.10

Recetas a seguir



Cómo ser un Gran Escritor

tienes que cojerte a muchas mujeres
bellas mujeres,
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y los nuevos talentos.
Sólo toma más cerveza, más y más cerveza.
Anda al hipódromo por lo menos una vez
a la semana
y gana
si es posible.
aprender a ganar es difícil,
cualquier pendejo puede ser un buen perdedor.
y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu
cerveza.
no te exijas.
duerme hasta el mediodía.
evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa en término.
acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares
(en 1977).
y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.
un sabor temprano de la muerte no es necesariamente
una mala cosa.
quédate afuera de las iglesias y los bares y los museos
y como las arañas, sé
paciente,
el tiempo es la cruz de todos.
más
el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura.
quédate con la cerveza,
la cerveza es continua sangre.
una amante continua.
agarra una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa,
dale duro.
haz de eso una pelea de peso pesado.
haz como el toro en la primer embestida.
y recuerda a los perros viejos,
que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoievski, Hamsun.
si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas
como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres
sin comida
sin esperanza...
entonces no estás listo
toma más cerveza.
hay tiempo.
y si no hay,
está bien
igual.

Charles Bukowski

13.12.10

Biblioburro

Ricardo Gutman
"Yo descubro de que debemos llevarle cuentos a los niños porque si no no tienen biblioteca, hay que inventar una". Esas simples palabras convierten a Luis Soriano Borges en esas personas que valen la pena, las que hacen de este mundo un mundo mejor. Desde este humilde espacio doy gracias que todavía existan personas como Luis Soriano Borges. Fuerza amigo, fuerza compañero.

10.12.10

Cien años más en la foto


Ricardo Gutman
Cien años más. Sé que no está bien decirlo. Sé que no hay que nivelar para abajo pero se me sale. Cien años más. Si Macri va a ser el representante de la derecha, si Macri es lo mejorcito que tiene la derecha lo pido por cien años más. No se puede ser tan horrible, tan ignorante. Puede ser todo lo que es, eso no se puede cambiar, es parte de su ser. Xenófobo, vendepatria, privatista, discriminador, miope político, hemipléjico mental. Eso es parte de él. Pero si Macri va a ser el representante de la derecha argentina lo quiero cien años más. Pero no en la gestión, si en las fotos, hablando con una papa en la boca, de referente, porque cuando gestiona pasa lo de Villa Soldatti.

Es bueno saber dónde está cada uno. El hecho de que en este país la derecha nunca se haya reconocido como tal en una organicidad partidaria determinada traía el problema de que, en definitiva, de última, uno no sabía a quién insultar. Existían los militares, la Sociedad Rural, los grupos empresarios, las familias patricias pero no un partido, un partido fuerte, de mayorías donde todos se reuniesen a tomar brandy, fumar puros y bastardear a los trabajadores. Costumbres importadas.
Es que, en verdad, nunca necesitaron de un partido político. Si algo les parecía que se les iba de mambo te hacían un golpe de estado y te derrocaban un presidente. Eso hasta que vino el Proceso de Reorganización Nacional (que casualidad… PRO) y mostró lo peor. Si ya de por sí es grave destituir presidentes matar gente es ir contra de la vida. Pero eso ya lo sabemos. Corrijo: pero eso siempre hay que saberlo. Y nunca olvidarlo. No creo que esté de más la aclaración.
Ya en democracia la cosa se les complicó un poco pero no por mucho tiempo. Hicieron la fácil. Cooptaron a los grandes partidos de mayoría. Eso es estrategia. Comer por adentro. Y así nos fue. Porque si no no se explica que un tipo como Reutemann sea peronista, por poner un ejemplo. Del de Anillaco se puede decir que fue una traición, ya que venía de adentro, pero que Reutemann, patrón por excelencia, explotador, terrateniente, haya tenido tanto éxito dentro del peronismo es sólo posible en cuentos de terror o parte de un plan premeditado. De la misma manera Miguel Ángel Solá, Juan Carlos Romero, Carlos Ruckauf. Eduardo Duhalde. Ni hablar del prontuario de Juanchi Mercier en la provincia de Santa Fe.
Por el radicalismo la cosa no venía tan distinta. Que en un mismo partido hayan convivido Alfonsín (el padre), De la Rua, López Murphy y Carrió se enmarca también dentro de esa lógica movimentista tan funcional a todos los intereses, tan permeable a extraños. En un mismo lugar pueden estar todos, desde el progresismo más posible dentro del a UCR como Alfonsín – no sólo dentro de la UCR, Alfonsín en su momento estaba a la izquierda de la sociedad argentina de entonces- y López Murphy. Carrió es otra cosa, es como el cuento de gallegos en el que el tipo dice que nunca cambió de idea cuando le achacan que estuvo en todos los partidos porque la idea de él siempre fue ser alcalde.
La cosa, para ser sincero, se confundía demasiado. Hoy ya no tanto. Por lo menos en lo discursivo están polarizadas, a la hora de ubicar a cada uno dentro de un espectro ideológico es fácil hacerlo. Si vamos a los hechos, si esto fuese una fría ecuación, Macri despeja todas las incógnitas. Hoy Mauricio Macri es el representante de la derecha y todos lo saben. A lo sumo hay una pelea por el espacio de referencia de la derecha entre él, De Narvaez, Rodríguez  Saa y alguno que otro más que intenta subirse a la carrera. Pero Macri está al frente. Y eso, aunque parezca un chiste, es bueno. Bueno para uno que puede dar cuerpo a la crítica y bueno para todos en último caso porque es parte de una maduración política.
El problema es cuando accionan. Han entendido solo la mitad de las cosas. O quizás es la única manera que tienen de entenderlo, lo cual es mucho más grave. Eso se ve a la hora de la praxis porque institucionalmente se encuadran dentro de un partido pero a la hora de la acción política se mandan una brutalidad digna de un cavernícola como la del miércoles pasado en Soldatti. La lógica sería acceder al poder político para manejar la policía, se calman las aguas por la fuerza y hacemos los negocios que tenemos que hacer entre nosotros porque en última instancia esta gente solamente vive para hacer negocios. Es lo único que saben hacer.
Lo del Indoamericano en Soldatti es una muestra, una desgraciada muestra de la lógica política de Macri y la derecha nacional. En estos años de gestión Mauricio Macri construyó 33 viviendas en Capital Federal cuando son necesarias al menos unas 130 mil viviendas para solucionar el déficit ocupacional de Capital Federal. No hay que ser un genio para comprender que a este ritmo de construcción de viviendas en Capital Federal las ocupaciones se van a seguir ocurriendo y el problema será cada vez peor. Si se lo piensa bien ¿qué epíteto merece alguien que avala la orden de ocupar las casas construidas por las Madres de Plaza de Mayo, el mayor constructor de viviendas sociales de la Capital Federal?
Desde que Macri se hizo cargo de la ciudad de Buenos Aires los papelones y brutalidades han sido moneda corriente, casi diaria en los noticieros de alcance nacional que ya no pueden esforzarse más para disimular semejante incapacidad. Enumerar las barrabasadas que ha hecho, desde las escuchas hasta esto último en Soldatti, pasando por la designación de Abel Posse, los derrumbes, los paros docentes, las declaraciones xenófobas, las excusas idiotas, las bicisendas, la metropolitana, el soplón ese que tiene atrás y que le dicta lo que tiene que decir, las pistolas eléctricas, las escuchas, Ciro James, las escuelas tomadas (y siguen las firmas) solo demuestra la incapacidad de gestión tantas veces brindadas por transitividad y ósmosis a los empresarios devenidos en dirigentes políticos. Parece que todavía nadie entendió que al Estado no se lo puede manejar como a una empresa. Quizás esto sirva de ejemplo. Un triste ejemplo. Y este tipo quiere ser Presidente de la Nación. Dios nos libre.


No me banco la naturaleza pero en casa estoy pior

9.12.10

Impresiones


Ricardo Gutman
Debo confesarlo. El cansancio me pesa, me estruja el cerebro, las piernas no me responden, los ojos se me cierran y apenas puedo subir los brazos al teclado. Salimos de Rosario a las 23 pero el colectivo pinchó un neumático, no tenía las herramientas, llamaron al auxilio del peaje que volvió a llamar a otro auxilio porque el primer auxilio no tenía las herramientas y tipo 1.30 de la madrugada salimos definitivamente de Rosario. Llegamos a San Cristóbal cerca de las 6.30, todos molidos. Y después a trabajar con las complicaciones de siempre o peor. Pero el día fue hermoso. Hasta el viaje desde San Cristóbal. Salimos a las 10.30. Llegamos a Rosario 17.30 con dos paradas en el intermedio.
En la YPF cerca del peaje se empezó a tomar conciencia de la cantidad de gente que llegaría a Rosario para la presentación de la candidatura a Gobernador de Agustín Rossi. Las combis y los colectivos haciendo fila india, metiéndose por donde había un lugar, la gente cargando agua caliente, yendo al baño, las colas interminables, anunciaban lo que fue después el acto en la bajada Sargento Cabral. Había un sol. En la YPF le dije a Claudio que el acto no empezaría hasta cerca de las 19.30. Cuando lo dije eran las 16.30. En plena ruta. Las bocinas se multiplicaban a los costados del camino. La gente se preguntaba desde donde venían, reconociéndose.

Había un sol. La bajada estaba llena de gente, llena de pibes. Para llegar seguimos a la multitud. La gente estaba feliz. Había un sol. Poco a poco nos fuimos buscando el lugar, lo más cerca posible del escenario. Tuvimos que conformarnos con un lugar al costado, donde difícilmente se lo pudo ver a Kunkel y a Rossi hablar de tantas banderas que había en el frente. Por más que Agustín pidió que bajasen las banderas pocos le hicieron caso. La única vez que arriaron las banderas fue con el himno, versión Bicentenario, la interpretada por Fito en la 9 de Julio, con video detrás. El himno argentino es la canción más hermosa del mundo. A mí me gusta la versión de Jairo. La haría obligatoria en todas las escuelas. Me enerva ese coro de voces de minitas de voz finita en los actos, es como si les faltase contenido, cuerpo. Es una impresión. Si vas a poner una voz femenina ponela a Julia Zenko, que se yo. Hay muchas. Miles que podrían hacer una versión mejor.
Pero al escuchar la “versión” Bicentenario, esa, con la gente en la calle coreando las partes musicales, entendía como canta mi pueblo el himno. Nació en las canchas y poco a poco se fue imponiendo. A los argentinos no les alcanza con cantar las estrofas, necesitan también entonar la música, de allí ese oh! que se extiende, que le da una musicalidad única que no tiene otro himno. Hay una intención de continuidad en ese coro, de que hay algo que no se tiene que cortar. Digo, de pronto, me parece. Es una impresión. Vi gente con la mano en el corazón mientras cantaba el himno. Yo lo canté como me enseñaron en la escuela primaria, paradito, bien derecho, con los brazos atrás, con respeto y orgullo. Como me inculcó mi mamá, maestra. Había un sol.
No pude conseguir una foto de Agustín, las banderas no me dejaron, pero lo escuché. Hacía tiempo que un político de estas latitudes no me predisponía a escucharlo. El último fue Binner pero había algo en su tono, en sus convicciones, en su manera de decir las cosas que me hacía desconfiar. Por ese entonces me dije que le iba a dar un año y medio de changüí, un tiempo considerable para ver como encaraba las cosas. No hizo nada distinto. Hasta me atrevería a decir que no hizo nada. Ni siquiera crecer territorialmente, cosa que los radicales si han aprovechado. Con este tipo la cosa vienen por otro lado me parece. Las diferencias son inmensas.
Dijo muchas cosas. Habló de inseguridad, de empleo joven, de acceso a la vivienda para matrimonios jóvenes, de generación de empleo y del desarrollo de valor agregado para las economías del interior de la provincia como herramienta de prevención del desarraigo. Palazo para rancho ajeno y a manera de conexión, reprobó que la oposición no haya aprobado el presupuesto 2010 que, entre otras cosas, traía presupuestado el gasoducto del NEA con financiación propia, hasta ahora la única obra pública que abastecería de gas natural al olvidado norte santafesino. Incluso hasta enumeró las obras públicas más importantes que el gobierno nacional realizó y viene realizando en la provincia como el dragado del Paraná, la autopista Rosario-Córdoba y el único acueducto (¿te acordás de los acueductos? quince años de espera para nosotros, los ignorantes del norte) de la provincia hasta el momento, el acueducto Centro.
Enumeró muchas cosas más, pero las cosas que más me llamaron la atención del discurso fue cuando dijo que en Santa Fe se pueden llevar adelante los sueños y que es necesario empezar a implementar jornadas horarias extendidas en las escuelas para que los chicos pasen más tiempo en los establecimientos educativos. Por fin alguien que lo dice. Al parecer Rossi interpreta bien que es lo que está pasando; ahora es posible soñar, y si es posible soñar permítanme soñar con el atisbo, aunque sea mínimo, el inicio si se quiere, la punta, de una escuela de inteligencias múltiples. Los pibes en las escuelas en vez de estar en la calle. Doble turno. Quizás Howard Gardner no esté tan loco, quizás lo único que hay que hacer es tener la decisión política de poner plata en educación. Prometió hacerse cargo de los problemas. Por lo visto hasta ahora no tengo porqué no creerle. El día estuvo lindo a pesar de los inconvenientes. Había un sol.    

7.12.10

Rogelio Roldán


Ricardo Gutman
Obsérvese con detenimiento. Fíjese. Cuando algo salta fuera de los bordes los mismos de siempre son los que se exasperan. Es un mecanismo recurrente, peligrosamente repetitivo. Resulta que el otro día, no me acuerdo cual, trabajadores tercerizados de IBM realizaron un corte de ruta en el ramal de provincia de la Panamericana bloqueando la colectora, lo que ocasionó caos vehicular por 40 minutos.  Repito: empleados tercerizados de IBM cortaron la Panamericana. Digo, para los que dicen que los piquetes son cosa de negros. Seguimos. Me entero de la noticia mirando el noticiero de América -grave lo mío- que presenta la nota más que como un reclamo gremial como caos en el tránsito. Hasta aquí nada del otro mundo. El noticiero de América da asco, ya lo sabemos todos.

La nota en sí no fue otra cosa que la monopolización de insultos y agravios por parte de una automovilista que representa a “la gente que trabaja” hacia los trabajadores tercerizados de una de las multinacionales más grande del mundo. Siempre lo mismo, como todos los días. Lo que el noticiero no pasó es la acusación de los trabajadores de que esta mujer los quiso pasar por arriba con su auto. Ni siquiera imagen le dieron mientras la señora seguía con su rosario de insultos y se excusaba.
Esto no me asusta. Ya no me asusta. A lo sumo me enerva, me enciende, me prende fuego. Porque ese es el costado más violento de un discurso políticamente correcto pero socialmente paralizante. Plantea que aquel que está indefenso no tiene el derecho, el tupé diría, de afectar al “que trabaja”, aquel que va al trabajo en auto. Algo así como “vos no podés molestarme a mí”. Es una situación complicada. Y como ante situaciones complicadas todos eligen el lugar desde donde hablar este escriba se pone del lado del indefenso, del lado del trabajador, del lado del que no tiene nada. Si los demás eligen mostrar una protesta como un acto vandálico yo estoy del otro lado.
A la hora de presentarse, el discurso paralizante se muestra comprensivo, conciliador, buenito a lo Cynthia Hotton. El discurso paralizante plantea que es lícito que las personas protesten pero que deberían buscarse otros métodos para no afectar a los que circulan. Punto aparte, eso es reconocer, indirectamente, no de manera explícita, que hay una parte que está atascada. Continuemos.
Esa lógica plantea que los conflictos sociales y laborales deben solucionarse mediante formas más civilizadas y conciliatorias como la entrega de petitorios, reuniones similares a paritarias pero no tanto, invocando al consenso entre las partes, cuando no la visita del empleado al patrón cual Rogelio Roldán. Hermoso si esto fuera real, si los petitorios no se encajonaran, si las reuniones tuviesen seriedad y la patronal fuese comprensiva. Pero ya todos sabemos que esto no es así y si por la patronal fuera todos seríamos Rogelio Roldán.
De acuerdo a esta posición aparentemente correcta desde el punto de vista político es necesario evitar los conflictos. Por consecuencia si no hay conflicto hay orden y si hay orden hay paz. Y todos contentos. El problema es que así no quedan todos contentos porque una realidad sin conflictos es funcional a ciertos intereses, siempre ligados al establishment económico, sea donde este esté y el sector al que pertenezca. Los revoltosos no son los que tienen plata, son los que no la tienen o son explotados, los que no tienen laburo o no les alcanza para comer. Y cuando a la gente no le alcanza para comer no entiende razones.
Esta visión niega la conflictividad de la política y de las relaciones sociales, plantea una praxis política inocua, aséptica, con olor a farmacia o a hospital. Desde esta posición los crispados son siempre los otros. Negar la conflictividad de los procesos políticos es querer esconder la realidad. Si la ideología no es otra cosa que una manera de ver el mundo, si la política es una lucha de intereses, siempre va a haber conflictividad. Lucha de clases dijo una vez un sociólogo. Y es lógico que así sea. Si no le puedo dar de comer a mis hijos sabés lo crispado que me pongo ¿no?
Es que es muy fácil predicar la paz con el bolsillo lleno. Eso es lo que enoja, lo que subvierte. A primera vista puede decirse que una persona así, que podríamos calificar de amarga, es un inútil político, un ingenuo. Pero lejos están de ser ingenuos. Dicen lo que dicen convencidos de lo que dicen, seguros de decirlo, y no es casual. Que digan lo que digan es parte de un diseño, de una estrategia, potenciados por su excepcional y simbiótica difusión en los medios de comunicación. Cuando ese discurso está internalizado el sujeto que lo repite ya está interpretado y estalla en insultos en cámaras frente a aquellos que protestan por mejorar su situación. No hay mejor chivo expiatorio que dos pobres peleándose.
La política en tanto conflicto de intereses es la expresión del dinamismo social, está sujeta a esas tensiones, es imposible evitarlas. Si tomo una medida que beneficia a un sector y afecta a otro van a existir tensiones. Si se trata de evitarlas la cosa se convierte en una olla a presión. Los conflictos no se tapan, a lo sumo se postergan. Pero siempre es peor si se deja correr el tiempo. Algunos llaman gobernabilidad a esa aparente calma pero gobernabilidad dista mucho de ser lo que esos gurúes dicen que es. Gobernabilidad es la capacidad de un gobierno de dar respuesta en el menor tiempo posible a las demandas sociales. Si se las ignora tarde o temprano te llega un 19 y 20 de diciembre como el del 2001.
El tema es que aquellos que plantean el consenso sin conflicto, la política de quirófano, ocupan lugares electivos, son funcionarios, y piden el voto de esa masa de gente que “ya no aguanta más”. Foguean día y noche. Aburren. Cansan. Pero son insistentes. El tema es que te piden el voto para ser gobierno y a la hora de gobernar, disculpame que te lo diga, no van a gobernar para vos sino para los que quieren orden, paz, calma disciplinadora. No van a gobernar para vos. Van a gobernar para ellos. Olvidate. Avivame. Avivate.

3.12.10

Una tarde tranquila


Ricardo Gutman
Lo estuve pensando seriamente en estos días de Wikiescándalo: estaría muy copado salir a tomarse un porroncito con Julian Assange, hablar un poco de la vida, sentados en una mesita de Peko´s, jugar un pool. Estoy plenamente convencido de que si Julian Assange estuviese refugiado en San Cristóbal andaría de lo más campante y tranquilo por las calles de esta ciudad; si en pleno sigo XXI vivimos en algunas cosas como en el siglo XIX nadie se daría por enterado de que el tipo más buscado del mundo duerme la siesta en Sancris. Acá no llega nada ni nadie y el que llega cae al hotel del Chano. Internet es cada día peor.  Podría levantarse todos los días en el hotel del Chano, desayunarse un cafecito en la cafetería y a media mañana hacerse un vermú en el Club o en el Central, comer en el Unidad al mediodía, tirarse una siesta con aire acondicionado en el hotel, pegarse una vuelta por la básica de la JK tipo 19.30 y un rato después nos tomaríamos ese porroncito en Peko´s o en el Drugstore bien frío. Para variar ahora que se viene el veranito nos pegaríamos una vuelta por las piletas y los fines de semana lo llevaría a comer un asadito en La Verde hecho por el Puchi. Podría vivir re tranquilo, estoy convencido.

Supongo que hablaríamos de todo este escándalo mundial de los cables de la diplomacia yanqui, de los videos esos de Daño Colateral, de minas y de fútbol, tanto argentino como australiano. Le preguntaría si tiene algo del escándalo de las tarjetas de los planes sociales y la financiera de hace un tiempo. No podríamos obviar el tema del momento: los cables de la diplomacia estadounidense. Mis amigos me conocen, por eso quizás no tengo muchos, son pocos y son buenos, saben bien como soy. Si te quiero estoy en la obligación de decirte las cosas. Y Julian debería entender. Eso supongo.
Con mi proverbial honestidad brutal, esa que me hace ganar amigos, le diría que, lisa y llanamente, se mandó una de aquellas -por no ser explícito- y que tendría que haber medido las cosas a la hora de publicar las filtraciones. Y sí, convengamos que es poco serio, por lo menos lo que se sabe. Más que nada es puterío diplomático, algo más sustancial debe haber en 250 mil cables.  Lo bueno es que eso confirma que todos somos humanos y compartimos las mismas cosas en diferentes niveles, algunos más sofisticados que otros pero al caso este no hace la diferencia. El puterío está presente en todos los niveles. Pensar que esa gente estudia y hace carrera dentro de la diplomacia que si no no sé que pasa. Como el inglesito ese que bardeó al Papa. En Alaska debe estar.
Yo no sé que quiso buscar Julian Assange con todo esto, mientras lo  imagino tomándose el primer vasito del primer porrón de la tarde, tranquilaucha, sin mayores problemas. Supongo que dos cosas: prensa, que la tiene seguro, y afectar la imagen pública internacional de Estados Unidos. Pero eso no es nada que ya no sepamos, es decir, ya sabemos cómo piensan de nosotros, el desdén imperial no es nada nuevo; nadie va a cambiar la imagen de EEUU que tenía por esos cables y nadie espera que EEUU cambie su relación con el mundo después de estas filtraciones.  A lo sumo lograste blanquear las cosas Julian, pero es como llegar tarde. Quizás Hillary renuncie, pero hasta ahí. Sos una persona inteligente viejo, tus títulos al menos dicen eso. Tenés que aceptar que estratégicamente razonaste fuera del recipiente. El tipo no me dice nada mientras se traga su primer tanda de maníes. Algunos, los menos, van a parar al vaso.
La costumbre me la copió a mí, los australianos no toman la cerveza fría, se compran esas latas en packs de Fosters y se las zampan calientes, como los alemanes, que en vez de latas usan esos copones. Lo del porrón caliente no va, al menos para mí. No podría hacerlo aunque quisiera. Y la batería siempre tiene que estar.
La pifiaste macho y aunque no lo creas afectaste la credibilidad de Wikileaks, demostraste que tenés llegada a fuentes directas y que giles como el que te dio la info sobran en el mundo. La pifiaste porque al menos tendrías que haber arreglado con los diarios a los que le diste la información que tendría que haber salido primero, lo sustancial, lo importante, pero los diarios son diarios y se inclinaron por el amarillismo. Quieren vender Julian. Tu objetivo es otro. Al menos eso creo. Y si bien todo este quilombete puede tener efectos durante los próximos meses lo único que lograste es que la potencia del norte empiece a buscar maneras de blindar el acceso a ese tipo de información, porque lo polenta polenta, disculpame que te diga, todavía no salió. Además no tenés nada del escándalo de la financiera local.  Y en las redacciones se están matando para encontrar nombres de las trolas de Berlusconi. Lo sé yo, desde San Cristóbal. Imaginate.
Lo imagino inmutable, haciendo como que me escucha. Yo, en mi habitual resistencia, empino el segundo vaso. Me pide ir adentro porque afuera hace mucho calor. El Tano prende el aire acondicionado. Julian tenía razón, adentro está más lindo. Me dice que espere la próxima que va a estar bueno. Dijo estar sentado sentado sobre 5 gigas de información del Bank of América. Ahí se pone linda la cosa. Esas son cosas sustanciosas. Ahí hay que revolver, en esa podredumbre. Ya vas a ver como saltan, los que cometen los peores delitos te van a acusar de delincuente. Ya sé que lo sabés. Memos de los bancos durante la crisis financiera, documentos de ese tipo, ahí hay que poner la bala macho. Ya sé que ni siquiera develaron el 10 por ciento de lo entregado en los cables, pero al ritmo que van los diarios nos va a agarrar el 2012 y hay noticias que si pasa el tiempo pierden vigencia. Es más, es probable que hasta Obama se haya ido. Los diarios tendrían que haber sido inteligentes, repartirse la desclasificación, pero ni eso. Menos mal que no se los diste a Clarín. Espero la del Bank of América. Esa va a estar buena.
No es tarde pero Julian ya está cansado y decide irse a caminando al hotel, que está a la vuelta del drugstore. Ya miró las chicas del lugar, ya fichó algunas. “Son hermosas” me dice. “Ya sabía” le contesto. Está tranquilo. Sabe que acá no lo van a encontrar. Mañana iremos a Pekos a jugar unos pooles y a mezclarse entre la gente. Todo eso si estuviera en San Cristóbal, el lugar al que nadie sabe llegar. Pero Julian está en Londres. Eso no habla bien de él. Ahora hace la vida de Yasser Arafat. Si estuviese en San Cristóbal eso no le pasa. Estaría bueno tomarse un porroncito con Julian Assange.

2.12.10

Manhattan no es lo que creía

Ricardo Gutman

Agitado domingo con ruido a puertas, con ruido a aberturas. Si tan sólo la puerta se quedara quieta y nadie entrase trayendo nada ni preguntando cosas que se olvidarán apenas crucen de nuevo. Si nadie entrase, si nadie molestase como lo están haciendo estaría más tranquilo, les juro, por lo menos me quedaría en el molde. Si nadie entrase no pasaría nada. Un poco de paz no más, un poco de quietud. Yo, la pieza, la cama y una película.
La ventana se sacude de acuerdo al deseo de la puerta, si la puerta se cierra la ventana se abre, si la puerta se abre la ventana se cierra y cada vez que lo hace la ventana se estrella contra su marco, oscureciendo la pieza, llenándola de tierra y cosas que vienen de afuera.

Tirado en la cama intento ver Manhattan, intento entender Manhattan, intento entender algo o dormirme, quien te dice, lo primero que pase. Miro a Guillermo dormir pacífico. Me tendría que haber emborrachado, haberme acostado ya salida la mañana del domingo y tirarme así hasta las tres, cuatro de la tarde, sin pensar en mucho, roncando al por mayor, con la boca abierta.  Pero ya no me puedo emborrachar porque no me aguanto al otro día, ya ni siquiera puedo tomar un porrón como la gente sin que al otro día me pese la cabeza, ya no me puedo emborrachar ni con amigos, menos que menos sólo, ni discutir de estupideces y mujeres que a lo mejor, quizás, se hubiesen dignado en alguna noche como la de esa vez en Esperanza darnos bola a nosotros, los mismos de siempre, los antisociales, los tipos que nunca entenderán a las mujeres.
Guillermo duerme pacífico, tirado en toda su largura o su extensión, cruzado en diagonal sobre el colchón para entrar en la cama, y todos que entran y salen en la mañana del domingo feriado largo, ni siquiera en feriado largo. Si siguen así se van a  comer la puteada de su vida. Pero todos entran creyendo que hacen un favor y te miran y te das vuelta porque si los mirás los escupís, ni siquiera en feriado, ni una puta vacación de porquería entendés, ni tres días miserables.
Y el que entra te saluda como si te hiciese un favor y la panza te entra a picar pero no es hambre y te entrás a desesperar porque sabés que no te vas a mover de ese lugar. Si tan solo alguien engrasara las aberturas. Te estás poniendo nublado. Llové de una vez, déjame abrir las ventanas siquiera. O que queden abiertas, que importa, pero que se queden en un lugar. El ruido del ventilador de pie enloquece. Y la puerta que no deja de abrirse ni de cerrarse. Y el Guille que sigue ahí, dormido en diagonal de tan largo que es, sin inmutarse. Siempre fue así, desde pendejo. Siempre durmió más que yo. Desde cuando teníamos cuchetas. Manhattan no es lo que creía. Ni Woody Allen. Lo prefiero en otras como Love and Death. En Manhattan es muy patético. Un gil. Pero me hace reír. Conozco tipos así. Después se arrepienten.
Aunque no parezca necesito unas vacaciones pero como nunca me puedo ir siempre me quedo acá, en este lugar que es la vacación de los demás. Algo así como vivir en Bariloche. Entonces es como si nada. A veces haría un cambiazo. No es que no los extrañe, es que yo también necesito irme. A tirarme unos días en San Javier, en unas de esas cabañas al lado del río que dicen que son tan lindas, comer pescado todos los días, con un vinito fresco en una reposera. Cuando me invitan a San Javier o algunos de esos lugares todos me quieren llevar a pescar. Sinceramente, me importa un pito pescar, no lo hago desde que le ensarté el anzuelo a Mariela en el dedo gordo derecho. Mi tío quería enseñarme a lanzar la línea. En la Dorca creo que era. O en algún puente al lado de la ruta. No me acuerdo. Recuerdo que Mariela volvió puteando con el pie colgando de la ventana del auto, mi tío puteando por el accidente y mis hermanos que no puteaban pero que me miraban con esa cara de haberles arruinado algo hermoso. Desde ahí nunca más. Para qué, siempre me mando algo. Nunca fui a San Javier. Tampoco a Manhattan. Iría a cualquier lugar. Necesito unas vacaciones.
La puerta se vuelve a abrir. El Guille hace como que abre los ojos por la claridad que entra. La abuela pregunta algo mientras sigo tratando de escribir algo decente. Le digo que el Guille duerme. Ni siquiera sé lo que me preguntó. No quiero irme de mambo con nadie, estamos en familia después de mucho tiempo y no quiero que se me salga la chaveta. Pero no sé por qué todos entran y salen del dormitorio. Me está subiendo la temperatura. Ellos no tienen la culpa. Seguro. Yo necesito unas vacaciones. Ojalá lloviese.

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