11.8.11

El encanto de Anonymous


Ricardo Gutman
Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Se puede aceptar, de hecho lo hacemos todos los días, sin ni siquiera saber la cantidad de normas que cohercionan nuestros derechos. Y no sólo en el plano de lo público; sobre todo en lo privado. Lo aceptamos, la mayoría de las veces mansamente. La justificación más implementada del estado de las cosas dice que las leyes son parte de un acuerdo, tácito o explícito, del conjunto de la sociedad. Todo bien pero en lo que a mi concierne pocas veces me consultaron sobre si me parecía si estaba bien o mal tal o cual ley. Seguro que lo mismo te ha pasado a vos.
Usualmente las leyes están hechas a medida de unos y en beneficio de otros. Usualmente la mayoría de las veces las leyes no benefician a los pelagatos como uno sino poderosos como otros. Si lo pensás bien, estás maniatado. Te maniataron. Incluso desde antes que nazcas.  Fíjate en el hecho simple de que podés fundir países, dejar gente en la calle, condenar gente a morir de hambre y no vas preso pero choreás una gallina y terminás en cana.

Después están los privados que hacen lucro con vos. Yo todavía me pregunto para que carajos llaman a mi casa para venderme paquetes de seguro que nunca pedí ni me interesan. Si por lo menos tuviese auto pero ni eso. Y la mayoría de las veces no preguntan por mí sino por mi vieja. Alguien que te llama para venderte un seguro a tu domicilio te llama por algo, no llaman por azar. Llaman porque saben que podés pagarlo, es decir, saben tu estado contable. Y si saben tu estado contable es porque alguien se los vendió, sin que vos sepas alguien está traficando con vos y vos ni enterado. Es irritante de solo pensarlo. Y en el medio todos se hacen los boludos.
Es tentador pensar en Anonymous. No es difícil imaginarlo y pensar que Anonymous configura futuros, escenarios, posibilidades. ¿Qué pasaría si el castigo ese que pensás siempre que ocurre un abuso se materializara? De solo pensarlo me rio. Porque no. Los hijos de puta también merecen que se los castigue. Me hace sonreír, me divierte. Me hace imaginar, me hace delirar si se quiere y es ahí donde se me dibuja la sonrisa, en las posibles configuraciones de las realidades por venir. Estamos acostumbrados a que en cualquier momento se te caen las cosas, esa es la sensación, y siempre pierden los mismos. ¿Y si eso le pasase a los responsables? Anarquía a la vuelta de la esquina. Londres un poroto.
Por eso me gusta Anonymous. Porque están ahí y no los ves, ausentes y presentes al mismo tiempo. Algo difícil de palpar, más bien como una sensación. Algo que en cualquier momento puede surgir, el encanto de lo anárquico, lo romántico del caos. Podría ser cualquiera, cualquiera que apreté un botón, millones de cualquieras apretando botones. El que menos te imagines. Tampoco tanto. Pero más de los que crees. Porque este mundo se divide entre los funcionales y los que resisten. Y todos se camuflan.
Es la amenaza de un castigo no metafísico sino concreto, real, del que entienden todos, que a poco a poco se va materializando y que desespera a aquellos tan acostumbrados a confundir. Y a sus vasallos. Anonymous copió de las multinacionales y los holdings ese modelo de cabeza de hidra que nunca termina de crecer y donde nadie tiene nombre ni responsabilidad. De la misma manera que nosotros chocamos con nuestros reclamos contra siglas ininteligibles así chocan contra Anonymous.
La concepción de Anonymous, el concepto, es subversivo, radical, peligroso y atractivo. Pero todavía no alcanzó su máximo pico de radicalización y a juzgar por las operaciones entabladas con anterioridad la amenaza de destruir Facebook, la tan mentada Operation Facebook, se diluye día a día. No digo que no puedan digo que al menos en los papeles no correspondería con la lógica de los ataques anteriores – el más radical de todos fue contra HBGary Federal - y porque la operación ya ha sido desmentida de manera oficial. Si Anonymous radicalizase sus ataques pegaría donde más le duele a los hijos de puta: en los bolsillos. Pero todavía no ha pasado eso y es muy probable que la Operation Facebook no se realice. Aunque no estaría tan mal. Remember remember the fifth of november. Habrá que esperar.

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