1.8.11

El Tito

Ricardo Gutman
Creo que conocí lo que tenía que conocer. Ni mucho más ni mucho menos. No por indiferencia, creo que fue por su propia voluntad. Si el no me lo dijo por algo fue. No fue un santo y lejos estuvo de serlo. Creo que nosotros conocimos un Tito de tantas personas que fue en la vida y nos quedamos con ese viejo loco cascarrabias, whiskero y compinche. El Tito fue muchas cosas pero creo que conocimos al mejor, al que estaba de vuelta.
No escribo para el Tito porque sería hasta desleal escribirle en estos días. Incluso creo que él me lo hubiera recriminado. Escribo para el Gino, para Joselo, para el Tano, para Darío, para el Puchi, para Julio, para el Ivo, Martín, Ariel, para el flaco Carrere, para el Elvio y para todos los que me dijeron que estaría bueno que escriba sobre el Tito. Es raro pero se me hace difícil definir al Tito. Sé que otros lo han conocido mejor que yo pero me toca a mí escribir sobre él.
Si se me apura me atrevo a decir que el Tito se había vuelto como un oráculo. Era como uno de esos tíos adorables que se te emborrachan en navidad y mientras la familia le saca el cuero vos agradecés que esté presente y hasta te tomás unos vinos con él mientras te canta la posta. Parecía más viejo de lo que era, vivir intensamente te pasa factura en el cuerpo. Si no hubiese sido así yo hubiese creído que era como Dorian Grey, con algún retrato guardado en un sótano. Pero no había retratos. A lo sumo él fue su propio retrato. Y se la bancó.
Es sabido que el tiempo tiende a agrandar las cosas pero daba la sensación de que en el cabía todo. Y cuando digo todo es todo. Había para elegir y nosotros elegíamos. Tan joven y tan viejo. A nosotros, que nos llevaba autopistas de ventaja, nos prestaba la misma atención que a cualquier amigo de hace veinte años. O por lo menos eso parecía. El tipo te escuchaba y te aconsejaba si se lo pedías. Tenía consenso unánime para eso, un reconocimiento tácito.
Si el Tito hubiese sido escritor hubiese sido Bukowski. No sé si alguna vez escribió algo pero la materia prima la tenía. De seguro que yo lo hubiera leído. Yo y otros tantos. Alguna vez le dije que quería entrevistarlo para hacerle un cuento aunque lo mejor era una novela. “Ojete!!” fue la respuesta. Sé que hoy se me pasó la oportunidad y también sé que no pudiera haberla escrito. Sé que me hubiera quedado corto. Capaz que algo me quede en el tintero. Al menos para intentarlo.
El Tito decidió que ya era hora. Nosotros nos quedamos con la sensación de que no. Quien sabe que razones habrá encontrado que nosotros no hayamos visto. Seguro que son más fuertes de las que nos podemos imaginar. Es una decisión, no sé, no soy yo el que debe hacer un juicio de valor sobre eso. Lo comparta o no. Quizás nos quiso decir algo y no pudimos entenderlo. O quizás estaba todo dicho.    
Hoy hace un frío insoportable, de esos que no te olvidás. Nieva en todos lados menos acá. Es de esos días donde no dan ganas de moverse. Capaz que mañana viaje a Buenos Aires, capaz que no. No sé lo que haré más tarde. Quizás me tome un whisky en su memoria y cuando me arda la garganta entienda un poco.  
   

No hay comentarios:

on line

Blogger news

Las entradas a tu correo:

Un servicio de FeedBurner