28.5.11

Suicidios

Hace rato que la policía ya no me envía los partes. Me desayuné la noticia a eso de las 9, cuando el Gueri la dio en el programa. Un pibe de 19 decidió quitarse la vida. Un pibe de 19 años se suicidó. Otro pibe sancristobalense decidió que era mejor no estar que seguir estando. No es el primero pero escribo porque la verdad que es alarmante. Asusta. Por favor. Noticia de mierda.
Desde que llegué a San Cristóbal casos como este se fueron produciendo de manera repetida. Antes hubo otros, aislados si se quiere, pero igual de chocantes, de duros. Es incomprensible que cosas así pasen. Pero pasan. No quiero ni siquiera imaginar el dolor familiar. Por más que te lo digan nunca nadie te acompaña en el sentimiento. No pueden hacerlo, no es transferible. Más allá de toda la tristeza que encierra o hace estallar, no es casual que un pibe decida irse. No es casual, azaroso. Obedece a algo.
No es fácil hablar de estos temas pero hay que hablarlos. Decisión personal si las hay, el suicidio de una persona es una denuncia sobre las fallas del sistema. Esa decisión dice cosas más allá de las justificaciones. Nos está hablando, diciendo. Nos está gritando.
No es mi intención tratar de hablar por todos, ya con el simple hecho de hablar por mí se me complica. Es más que opinión, una hipótesis. La vida es hermosa, al menos es lo que pienso. Tratar de comprender el suicidio para aquellos que piensan como yo usualmente se reduce a cuestiones personales, a desligar culpas hacia las relaciones que establece la persona para con su entorno, su historia personal y posibles respuestas como esas. En pos de simplificar y comprender las cosas suelen reducirse a cierta perturbación mental del suicida. Yo no soy quien para adentrarme en eso, ni me incumbe a mí. Mi planteo, mi hipótesis más humilde, es que generamos condiciones para que esos suicidios ocurran.
Seamos claros. Cualquier vida que se pierde es una tristeza. Pero es más preocupante que un chico de 19 años se ahorque que haga lo mismo una persona de 40. No estoy evaluando calidades de vidas, estoy tratando de escuchar que es lo que gritan ambas cosas, que llegado el caso pueden gritar lo mismo pero se agudiza en aquel pibe que elije irse, sacarse de este mundo. Estoy pidiendo que abramos los oídos.
Que lo haga un adulto es "comprensible" -espero que se entienda-, de ninguna manera justificable, pero comprensible al fin. Con 40 años digamos uno tiene atrás una historia de vida lo suficientemente cargada de situaciones trágicas y frustraciones como para tomar semejante decisión, que siempre es personal. Y al tomar esa decisión el sujeto cree que hasta acá llegó. Y hace lo que no tiene que hacer. Y después vienen las condolencias y la impresión.
Con un pibe no es tan distinto, aunque no es lo mismo. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. El adulto de 40 años ya vivió una vida, ya pudo hacer cosas, tratar de tener una familia, mantenerla, ser alguien. Como uno pueda. Con lo que se tenga. Un pibe de 19 no. Que un pibe de 19 tome esa decisión es básicamente porque no puede ver más allá de los próximos cinco minutos, no pude ver treinta segundos adelante. Menos que menos va a poder ver que es lo que va a ser. Esa persona de 19 años en definitiva no se ve con hijos, con una familia, con un trabajo decente, con una casa, con los lugares que conocerá ni las delicias que le esperan. Si no puede ver de acá a unas horas adelante, menos que menos va a ver su futuro.
Ese es quizás el problema de fondo. No ver el futuro. No verse reflejado acá y en la imposibilidad de salir de acá. Pueblo Blanco. Si la vida está en otro lado iremos a buscarla. O la seguiremos. Pero no le podemos pedir eso a alguien que no lo ve. Es deber mostrarle eso que no puede ver, al menos para que lo tenga dentro de la visual. No se si entiende. No es casual que ocurran estas cosas.
La pregunta de qué es lo que le estamos ofreciendo a nuestros jóvenes ronda por las calles de la ciudad pero nadie se anima a responderla. ¿Tenemos futuro?. Debe ser que generamos las condiciones para que sucesos como estos ocurran más seguido de lo que nos gustaría. Porque no solamente es pensarse en el futuro sino también en que tipo de futuro. A veces eso suele ser más frustrante que la vida misma. Si el futuro es peor de lo que tengo ¿entonces para que lo quiero? Es ahí donde la vida se convierte en una mera sucesión de días, tiempo de descuento. Sin darnos cuenta lo estamos obligando a que tome esa decisión.
Hace unas horas un pibe de 19 años decidió quitarse la vida y todo el mundo dice que barbaridad. Y nada más.

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