29.7.11

Partidos


Ricardo Gutman
Me pidieron que escriba sobre las elecciones en la ciudad y la verdad que muchas ganas no tenía porque no creo que a primeras vistas haya pasado nada raro. Es decir, ganó el radicalismo y los mismos de siempre han renovado sus becas. Pero una segunda mirada agrega cosas más que interesantes.
Los medios hablaron del triunfo “indiscutido” del radicalismo, no agregando demasiado más allá de la descripción y en algunos casos la salamería. No hay porqué negarlo, es una victoria, aunque nadie analizó como se produjo esa victoria. Calificar a algo de indiscutido es suponer que no se puede ponerlo en tela de juicio. Y creo que estamos lejos de eso. Nadie habló del excelente resultado de Cristian Barbini y Julian Alloatti, que con dos pesos lograron mantener el caudal de votos del PJ en San Cristóbal y en el caso de Barbini sobrepasarlo levemente. Estoy hablando de caudal, de cantidad. Si alguien quiere saber quien votó a quien hay que mirar los números en el portal de la provincia. Así de simple.

Por poner un ejemplo, nadie dijo que el radicalismo en el 2011 para sacar la misma cantidad de votos que en 2007 puso el doble de dinero que en el 2009. Y eso que hace dos años, para una campaña de concejales y diputados nacionales, gastaron alrededor de medio millón de pesos. Es decir, mantener la estructura, mantenerse en el poder, cada vez se hace más caro. Y no es una ocurrencia mía, lo dicen desde adentro. El problema es que lo pagás vos. Y yo.
La pregunta para hacerse es porqué ganó el radicalismo o mejor dicho cómo logró la victoria el radicalismo en la ciudad. Sé que los amigos radicales, tan entusiasmados en bardearme en el blog, no van a estar de acuerdo. No importa, de última es sólo una tesis pero por más que el triunfo haya sido calificado de “indiscutido” me atrevo a decir que la ciudad está virtualmente partida. Hoy San Cristóbal tiene dos expresiones mayoritarias que polarizan los votos en la general, la UCR y el PJ, y un voto más independiente que se expresa en el socialismo y que vota en la general de acuerdo al candidato. Es, por decirlo de alguna manera, un voto volátil que es sincero en la primaria –vota por convicción a pesar que el socialismo así plantado es difícil que supere al radicalismo en una interna- y variable en la general.
Teniendo esto en cuenta es lícito preguntarse este pibe está loco, si la ciudad está partida ¿cómo puede ser que el radicalismo gane con la diferencia que gana? La diferencia la dan los más necesitados. Le guste a quien le guste y le pese a quien le pese la diferencia la dan las 1500 asignaciones universales por hijo, las pensiones y los empleos en certificación que “brinda” la Municipalidad. No es un secreto la coerción que se ejerce sobre los beneficiarios de estos planes a la hora de votar. Tampoco es un cuento de hadas, todos los beneficiarios saben quien les otorga la AUH pero el trabajo de Acción Social a la hora de mantener a la gente con las contribuciones que se hacen es aceitadísimo. Además si bien la Municipalidad no puede quitarles la asignación, cosa que todos los beneficiarios saben, bien puede retrasarles el cobro de los beneficios porque los que manejan los papeles son ellos. Y no lo digo yo, lo dicen desde adentro.
Hasta aquí no hay nada de otro mundo, nada que nadie no sepa. No voy a ser tan necio de echarle la culpa al oprimido. Tampoco voy a ser demagógico, no soy así. No me interesa trasladar la culpa al eslabón más débil porque sería engañarme. No es eso lo que me preocupa, lo que me preocupa es el trasfondo, lo más denso. Y hasta lo más perverso si se quiere. La culpa la tienen otros, no sólo los que están arriba, las relaciones de poder siempre conllevan complicidades entre el que ostenta el poder  y los que refrendan ese poder, los que lo legitiman.
Es ese guiño al estilo Carrio del que está abajo hacia el que está arriba el que me preocupa. Debo entender que hay un grupo de gente, una mayoría, que apoya el uso de las necesidades de los pobres para la perpetuación en el poder de un grupo político, que encima es la gente que históricamente criticó esas prácticas al peronismo y que son aquellos que detestan a los pobres - a los negros cabeza que cobran la AUH- con el epíteto de vagos y atorrantes. Son esos que se disfrazan de republicanos y éticos pero que legitiman ese accionar que ellos criticaron con ese voto regular y fiel. Ese debe ser el “voto pensante” del que tanto hablan algunos. Ese es el que me preocupa.

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